jueves, diciembre 31

Una fábula para el año del tigre

En un bosque y en una mañana de mucho sol, un tigre, mirándo a un asustado conejo que pensaba que sería cazado en un día de año nuevo le dijo:



-Hoy estás de suerte; no te cazaré ni te comeré, porque hoy es un día especial y buscaré un gran jabalí para mi cena de año nuevo y me lo engulliré yo solito!

-¡Bien! ¡Gracias tigre! ¡Muchas gracias! pensé que no alcanzaría a comerme ésta zanahoria que ha sido siempre el gran manjar de mi vida- le dijo al tigre mientras le mostraba la hortaliza.
Y el conejo se fué muy agradecido y saltando de gusto entre los arboles del bosque y los rayos del sol de aquella mañana, mientras por detrás del tigre, una manada de jabalíes venían a velocidad de embestida contra él.



Moraleja: La comida, aunque sea sencilla y estemos solos, siempre nos hará saltar de alegría si somos agradecidos y humildes. Y si deseamos grandes manjares, es mejor trabajar en equipo para consegirlo y sobretodo compartirlo.





Ojo! que éste 2010 es el año del tigre y del sol, y se supone que se intensificarán aún más los lados positivos y negativos que cada uno lleva en su interior. Dicen que habrá que estar más alerta que nunca, sobretodo con las palabra paciencia,autocontrol y humildad.

jueves, diciembre 17

La carta de Santa Claus

Cuentan que hace pocos días, papa Noel mandó a llamar a todos sus ayudantes y amigos, porque algo nuevo se le había ocurrido.
Y en aquella cita extraordinaria realizada en el polo sur, a la cual asistieron gnomos, duendes, Hadas y animales parlantes de todas partes del mundo, Santa Claus dijo que nunca más el estaría mudo.
Así que, cuando todos estuvieron presentes, Santa ordenó a Rudolf tomar nota, y observando a todos, les habló en voz alta parado en frente:


_Queridos amigos y ayudantes fieles desde siempre, les he citado en este otro polo porque deseo hacer algo nuevo y sorprendente. Porque los niños en mí casi no son creyentes, es que he decido yo enviar una carta como presente. Y todos los que yacían en aquella reunión, se miraron asombrados por tal acción. Y Rudolf que era quien todo escribía, hizo brillar aún más su nariz roja y fría.






_Anotad lo siguiente, mi querido reno amigo, y que ninguna palabra quede fuera de este escrito...
Niños del mundo:

He decidido yo escribirles en este año, para que sigáis creyendo que existo realmente desde antaño. No os preocupéis si escucháis que soy una mentira, porque a quien cuente aquello, no tendrá de mí una visita.
Poned en vuestra chimenea o puerta un lazo rojo, si de cierto en Santa Claus creéis, para que yo sepa donde entrar y un obsequio de mí obtendréis.
Más no pidáis regalos caros, porque este año el mundo está con pocos centavos.

Posdata: Dormiros temprano, y no dejéis galletas para mí y mis renos, pues esta vez yo llevó manzanas y panes de miel. Pero dadlas al que no tenga nada qué comer.
Y podéis escribirme y enviar las cartas a mi correo electrónico, porque aunque aprender me ha costado, ya me he modernizado…

mr.santaclausjojojoj@gmail.com


Firma desde el polo sur,

Santa Claus





Y así, el reno Rudolf acabó de anotar, pero Santa les dijo a todos, otra cosa en último lugar:



_“Aún queda tiempo para noche buena. Pero apuraos y pegad la carta en la mayor cantidad de lugares que alcancéis antes de navidad; en todas las esquinas del mundo, en árboles, ciudades y en muros. Y subidla en el Internet, porque los chicos también me leerán en él.”