martes, julio 24

El Reflejo de algunas mujeres



E=Espejo/M=Mujer 

E: _¿Otra vez estás en frente de mí para mirarte ? ¡Es como la vez cincuenta que lo haces! De todos modos te sacaras la ropa, tarde o temprano lo harás. Para eso te preparas, ¿Cierto? ¿Por qué mejor no vas desnuda?
M: _Sí, así es ¿Y qué? ¡Ésta blusa sí que me queda bien! De seguro le gustaré mucho más así; dejaré éste tercer botoncito desabrochado...
E: _ ¿Y para qué te pones de ladito si te estás mirando los pechos? ¿Estás midiendo esos globos que te implantaste?
M: _Bueno, es que así veo mi figura de lado, ¿Acaso tú no sabes que los hombres miran todo el cuerpo?
E: _¡Já! ¡No! Yo creo que primero miran en 45° y por detrás; créeme que la mayoría busca ese ángulo principalmente. Lo he visto infinitas veces aquí, frente a mí. Los varones dibujan en el aire con sus manos la silueta de la mujer, que a mí se me imagina una guitarra y justo en la parte trasera " las pompis", agrandan el contorno, hacen un movimiento pélvico y sonríen maliciosamente como poseídos por no sé qué ente.
Luego se vuelven a perfumar y se esfuman de mi presencia.
M: _ ¿En verdad hacen eso?
E: _ ¡Por supuesto!
M: _ Bueno, eso me dice que entonces cambiaré mis pantalones por los blancos que son más ajustados.
E: ¡Virgen santísima! ¡Ahora estarás frente a mí media hora más!
M: _ ¡Ya cállate! Tú eres sólo un espejo.
E: _No te equivoques, que aunque sólo reflejo tu forma física, si fueras más inteligente, te darías cuenta que en el fondo hablas contigo misma.
M: _ No me interesa nada de lo que digas, porque yo estoy aquí mirándome para estar regia para un hombre.
E: _ ¡Claro que es para eso, tontita! Si hasta cuando vas al trabajo, pensando en que te arreglas para tú verte y sentirte bien, nunca es para eso; siempre es para que el hombre que sea te mira. Que el escote, que los tacos, que el maquillaje. Toda tu vida gira en torno a que te miren y no sólo hombres, pues aquí mismo has dicho que Stefany se morirá de envidia con algunas de tus ropas nuevas. ¡Já! ¿A mí me vas a venir con cuentos de que “te arreglas para tú sentirte bien"?
M: _ ¡Eso no es cierto! ¡Cómo me hablas así! ¿Crees que soy una prostituta?
E: Eh, sí. Si lo creo. Es más, creo que eres una prostituta de ti misma, de lo que llevas dentro. Nunca permites que salga. Siempre que vienes a este cuarto a hacer lo que sea, te te miras y te miras y pones caras como diferentes, para ver con cual te ves más seductora y luego te vas y haces tu cama o los quehaceres.
¡Eso es estar loca! Mirarte tú misma y hablarte tú misma, siempre pensando en cómo te ves mejor para los demás; luego ir y actuar frente a otros aquello que ensayaste frente a mí. ¡Esa no eres tú, tarada! La que ves en mí, es la que lleva lo que tienes dentro, ¡Tonta!
M: ¡Esto es demasiado! ¡Nunca nadie me había tratado así! ¡Ya déjame en paz! ¿Por qué me juzgas así?
¡Voy a quebrarte!
E: _ ¿En verdad crees que yo soy algo que puede juzgar? Yo sólo soy el reflejo de quien se atreve a pararse frente a mí y es imposible que yo juzgue, mi tarea es reflejar, nada más. Y tú y sólo tú has hecho todo esto. El día que realmente quieras comenzar a estar en paz, no buscaras culpables y antes de romper a otros, te romperás en mil pedazos tú sola.
M: _ ¡Voy a cambiarte por otro espejo! ¡Ya no soporto esto! ¡Haces que al mirarme me sienta tonta, superficial, sin alma! Sí, voy a cambiarte por otro espejo.
E: _ Hazlo y verás que sucederá lo mismo, hasta el día en que a través de mí, tú, en silencio, te veas más allá.
E: Recuerda: “Si frente a mí hay diálogos de cualquier tipo, ése siempre será tu propio reflejo.” No se te olvide…


La mujer rompió el espejo y compró uno nuevo, pero los diálogos continuaron sucediendo.
Un día cualquiera, la dama ya no quiso mirarse; ya no reconocía su propio reflejo. Y la mujer y el espejo se rompieron en mil pedazos.