miércoles, mayo 20

Cosas de niños/Anécdotas de vida Real.


Tenías esa ingenua edad, cuatro años y fuimos al supermercado.

-Quédate a mi lado, porque te puedes perder;- te dije en aquel lugar, sabiendo que sólo deseabas correr y explorar.

Al pasar por la zona en donde estaban los guardias, también te comenté que si te perdías, siempre debías buscar a un policía. Y de un momento a otro, realmente te perdiste en aquel espacio enorme para alguien tan pequeño.

Llamaron por un parlante a los padres de un tal Miguel Ángel, y fui al lugar de los guardianes, el que antes te mostré en señales.

-Su hijo estaba perdido, quédese en paz-me dijo un amable hombre.

Agradecí el gesto pero nadie supo que yo desde lejos siempre vi dónde estaba el niño. Y en el momento en que te miro y te pregunto cómo estás y también te vuelvo a decir que hay que tener cuidado con perderse; tú me respondes muy enojado:

- ¡Cómo es posible! ¡Tú no te me pierdas nunca más!