sábado, noviembre 22

El símbolo de las Gárgolas rojas



Las gárgolas eran rojas; todas. Y estaban ubicadas en varias salientes de aquella iglesia estilo gótico._ ¡Ten paciencia! No siempre se entiende lo que no se siente._ Le había dicho una de ellas. Y emprendiendo de súbito el vuelo a gran velocidad hacia el cielo mientas las gárgolas formaban un gran círculo encima de él, otro alado le dijo que siguiera por el camino de la derecha, porque en él encontraría el símbolo que buscaba.
_ ¡Ahora apresúrate! que las gárgolas azules te siguen de cerca. Y cuando le encuentres, si logras hacerlo, por fin todos seremos libres...
Le gritó nuevamente una de ellas, mientras Zarki corría alejándose del lugar.

De súbito se dio cuenta que jadeaba y que intentaba despertar. Todo había sido un sueño. Corrió al baño que estaba en su habitación para tomar un poco de agua; y cuando se miró en el espejo ya un poco más relajado, quitando con la mano su cabello desordenado del rostro, notó que en la palma de su mano derecha, tenía dibujado con tinta roja un triángulo rojo de pequeñas proporciones.
Entonces, al ver aquél símbolo con un sentido más allá, Vislumbró el significado de “No entender, lo que no se siente”...
El personaje imaginario que él había creado, llamado Zarki, le había hecho comprender que el símbolo triangular que desde pequeño, por una u otra situación se presentaba en su vida, era él. Y que desde aquel día, en cada fecha de equinoccio, el niño debía entrar a aquel mundo, para liberar a las gárgolas rojas. Desde entonces, el niño esperaba con ansias la hora de dormir en cada equinoccio de invierno del año. La segunda vez en la cual tuvo que visitar a las gárgolas para ayudarlas, supo la real historia de sus futuras osadías en los equinoccios…

“Las Gárgolas Rojas, todas tienen debajo de su ala derecha, un símbolo triangular formado por tres llamas de fuego; y ellas son las encargadas eternas en el no-Tiempo de los sueños, de eliminar a los alados azules del frío; los cuales siempre han sido succionadores de energía de los humanos en los sueños.
En tiempos de equinoccio de invierno, las gárgolas rojas bajan su fuego interno al nivel mínimo; quedando con muy poca reserva para combatir a sus enemigos. Es entonces, cuando los malvados de color azul, muy parecidos a los basiliscos, pueden lograr extraer toda la energía humana, para a través de ello, reducir a la nada el fuego de los alados rojos defensores; mientras a la vez matan a muchos humanos en sueños, congelando sus corazones.
El niño protagonista, cuando está despierto en la realidad, guarda en su mano derecha la energía solar que revive a las gárgolas rojas. Pero ese símbolo, sólo él lo puede ver; pues las gárgolas rojas, necesitan un guardián también. Antaño, fue el Jorobado de Notre Dame.
Y en vigilia, cuando el pequeño pasa por algún lugar en donde hay una catedral, es el único que puede ver a las gárgolas saludándole desde lo alto; aunque éstas, no estén talladas en piedra en el mundo real.

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